viernes, 2 de noviembre de 2012

Las monjas poseídas de Cangas del Narcea.

Comienza esta historia de embrujos, que como luego veremos no fue para tal, en el momento el que que Carlos II, conocido a la postre como "El Hechizado", no es capaz de concebir un sucesor con ninguna de sus dos esposas: primero con Maria Luisa de Orleans, y luego con Mariana de Neoburgo.

Empiezan en este momento las intrigas palaciegas, los rumores, etc. sobre porque el rey no puede tener descendencia, y como era muy típico en la España de la época  (no olvidemos que estamos a finales del S. XVIII) se atañen todos sus males a un embrujo, siendo los mayores defensores de esta teoría el confesor real, Froilán Díaz, apoyado por el Inquisidor General del Reino, Juan Tomás de Rocaberti, ambos partidarios del archiduque Carlos de Austria, en la lucha por el trono que iba a quedar vacante en España (ya vemos que no todo era religión).

Llegaron en este momento a la Corte rumores desde Asturias, donde se decía que había unas monjas poseidas por el demonio, viendo el confesor real en esto una oportunidad magnifica para seguir con el "paripé" del embrujo del rey.

Se pusieron de acuerdo todos los participantes en este embrollo, Froilán Díaz y Rocaberti, para presionar al vicario del convento donde estaban estas monjas malditas para que este les sacará información sobre la "enfermedad" del rey, ya que si las monjas tenían al demonio en su interior, y el rey estaba embrujado, podría ser esta una solución...
Y así fue interrogada una de las monjas el 9 de Septiembre de 1698, y hablando el demonio a través suyo dijo que el monarca había sido embrujado el 3 de abril de 1675 cuando se le hizo tomar un chocolate que se había elaborado con los miembros de un hombre ejecutado en la horca, exactamente de "los sesos de la cabeza para quitarle la salud, y de los riñones para corromperle el semen, e impedirle la generación"; y a la pregunta de quien había sido, no dudo la buena hermana en acusar a la madre del rey, Mariana de Austria, no solo de haber hechizado a este, sino también de haberse quitado de en medio a Don Juan de Austria (hermano bastardo del rey), con el fin de reinar.

"Olea Sancta"
A continuación, siguió hablando Satanás y diciendo que remedios eran necesarios para la curación del rey siendo estos "los mismos que la Iglesia tiene aprobados: darle aceite bendito en ayudas, ungirle el cuerpo y la cabeza con el mismo aceite, y darle una purga en la forma que previesen los exorcismo...."

El confesor real y el inquisidor general, se pusieron pues manos a la obra, realizándole al pobre Carlos II, ya de por si de salud bastante frágil  todos estos exorcismos y rituales, llevándole a sufrir un agotamiento supremo. De hecho el rey fallecería poco después el 1 de Noviembre de 1700, y citando al medico forense que le examinó tras su muerte:

"no tenía ni una sola gota de sangre, el corazón apareció del tamaño de un grano de pimienta, los pulmones corroídos, los intestinos putrefactos y gangrenados, tenía un solo testículo negro como el carbón y la cabeza llena de agua"

Hoy en dia sabemos que Carlos II pudo sufrir el síndrome de Klinefelter, una enfermedad que causa hipogonadismo, es decir, un trastorno en que los testículos no son funcionales o hay incapacidad genética del hipotálamo para secretar cantidades normales de GnRH (Hormona liberadora de Gonadotropinas). Las características sexuales masculinas o femeninas no están desarrolladas: huesos finos, musculos débiles, vello leve, la voz se reduce un poco a su tono grave, además de ser una de las diversas causas de esterilidad.

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